Artículo para la ASR

Me han pedido que escriba un artículo para la Asociación de Servicio de Reiki y me encantaría compartirlo en mi blog

¿Y de qué hablamos ahora?

Cuentan que un alumno ansioso preguntó a a su maestro:

-¿Cuándo alcanzaré la iluminación?

-Cuando te preguntes cómo puedes hacer para ayudar a tu prójimo a alcanzar su propia iluminación lo sabrás, respondió el maestro.

Todo el tiempo del que disponemos ahora, como si antes no lo hubiésemos tenido nunca, nos da la oportunidad para conocernos un poco más, si es que no nos dejamos despistar por el continuo flujo de mensajes de todo tipo que nos llegan por todos lados.

Lo que estoy aprendiendo estos días es que todos tenemos “razón” y que todo lo que pasa, según nuestro prisma, nos refuerza en nuestras creencias.

Cuando todo pase, todo, el de derechas será todavía más de derechas; el de izquierdas, más de izquierdas; los biólogos creerán todavía más en el poder de la naturaleza que nos ha parado a todos de un plumazo; los creyentes apocalípticos dirán que es un castigo divino; los que creen en portales dirán que esto es una parte más del que se abrió en el 2012; también pueden pensar en que el universo nos ha hecho parar para el propio re-equilibrio de la naturaleza; también hay teorías de la conspiración, este virus ha salido de un laboratorio, culpa de los chinos o de los iluminati, o quizás sea desarrollado por abuso de la tecnología 5G, de la nanotecnología que nos meten con el agua o con las fumigaciones y los hay que creen que es cosa de las batallas galácticas del bien y del mal, los soldados de la luz contra los de la sombra.

Cuando me preguntan qué pienso, doy mi opinión, claro, también fortalecida por la obviedad de las circunstancias, “es que mira tú que es curioso cómo…”, “…ya lo decía yo y es que no me hacéis caso” …en fin.

Y todos tenemos razón, todos. Y cuando todo esto pase, todo, cada uno de nosotros viviremos y sentiremos nuestras vidas acorde a nuestras fortalecidas creencias.

Podríamos pensar tantas cosas, pero es que resulta que el pensar “crea” y llevamos décadas creyendo y creando, pidiendo abundancia y bienes para satisfacción de nuestro “ego”… y necesitamos creer en algo, ¿y si lo creamos de verdad? Además, cuando algo no sale como deseamos, tendemos a buscar responsables ajenos, sin darnos cuenta de que esto también es parte de esa Unidad que día a día estábamos, estamos, sintiendo.

Queremos llegar a ser grandes personas para hacer grandes gestas por la humanidad y al final resulta que un microorganismo para a la inmensa mayoría de la población mundial, que ahora sigue haciendo pequeñas cosas pero más conscientes, mientras el planeta se re-equilibra y los animales disfrutan de su hábitat sin miedo, viendo cómo los humanos estamos recluidos en las jaulas de nuestro propio zoosistema.

Madre Teresa decía que había que hacer pequeñas cosas todos los días y por “hacer” se refería a sostener, agarrar la mano de un moribundo, estar con las personas que sufren, con los desfavorecidos, estar, hacer en el “no hacer”… estar nomás.

Podríamos hablar del poder de la palabras y del pensamiento y de vivir en coherencia entre pensamientos, palabras y acción pero es que en este momento no se me antoja decir nada, me gustaría que todos guardásemos un rato de silencio, unos minutos para honrar a todos los fallecidos, y otros para sostener a todos los que sufren la pérdida de seres queridos, y a los enfermos, a los que trabajan duro y a los que no, a los que tienen miedo, a los que viven sin más ni menos, a los que dan órdenes, a los que las cumplen y me gustaría acabar fundiéndonos en un abrazo para que la luz de la Unidad ilumine la sombra de cada uno de nosotros y así, en equilibrio sentir el amor que somos.

Decía Santa Teresa de Jesús que si el demonio supiese amar, dejaría de ser demonio, pues ya es hora de abrazar a ese adversario que está dentro de nosotros para que podamos seguir avanzando, como individuos y como humanidad.

Sin ser muy católico me vienen a la cabeza referentes de santos, hombres y mujeres de bien de esta condición, y estos días recuerdo mucho a San Francisco de Asís y a Santa Clara, el hombre que abrazaba a los leprosos y la mujer que le observó y le siguió, sin miedo a ser contagiados.

Si me preguntas de nuevo qué opino, quizás te responda que prefiero morir en libertad por amor a la humanidad que evitar ciertas acciones por miedo a morir y por ello no vivir, pero lo cierto es que el rechazar nuestra propia libertad por el bien de toda la especie “humana” es un de los mayores actos de amor que se puede ofrecer y que nos hace ser muy humanos. Hay vida más allá del miedo pero también la hay detrás de la prudencia y todos tenemos razón y razones. Una de las frases que más me gustó de la película El guerrero pacífico es “Ama más a quien más lo necesite”, pues eso, me amo, te amo y actúo intentando ser coherente según mis principios y todo por amor.

Vamos a seguir observando, sin emitir juicio, sin juzgar, en esa observación imparcial de cada situación, todavía no ha terminado la partida… vamos a esperar para tomar decisiones, sacar conclusiones y dar opiniones. De momento vamos a seguir siendo luz, sin hablar, observando desde nuestro silencio interior, sosteniendo el momento, en paz, en amor.

Jose M.ª Escudero Ramos

Maestro de Reiki nómada

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