El impulso creativo

Siempre que escribo sobre fotografía me acuerdo de mi amigo Carlos Sánchez, quien me enseñó la frase de Elliott Erwitt, “si supiese escribir no andaría siempre cargando con una cámara”…A mí me gusta escribir, he escrito siempre, de pequeño me inventaba cuentos, poesías, escribía mucho; lo cierto es que también hacía fotografías gracias a que mi padre me compró esa cámara rectangular la Kodak Instamatic, me encantaba su flash, un cubo de cristal con cuatro bombillitas, una vez fundidas las bombillas iba a la basura, en su momento tenía su encanto, hoy es impensable por el coste económico y medio ambiental. Esa cámara era mi tesoro. Los fines de semana mis hermanos y yo hacíamos la competición de la mejor foto, salíamos de excursión, de viaje, los tres hermanos con nuestras respectivas cámaras. y hacíamos fotos a los monumentos, a la familia. Mi padre se llevaba los carretes el lunes y hasta el miércoles o jueves no los traía. Cuando llegaba con los sobres de la película revelada y las ampliaciones en formato cuadrado con las esquinas redondeadas, nos sentábamos alrededor de la mesa de la cocina y, justo al terminar de cenar, pasábamos uno por uno cada sobre, para que todos los miembros de la familia pudiésemos disfrutar de las imágenes. Comentábamos, hacíamos alguna apostilla graciosa, en realidad bastantes, así es como uno fue aprendiendo a mirar, a ver instantáneas, a hacer fotografías, viendo, hablando y disfrutando.

De la exposición Viviendo entre líneas, para Bibliotecas de la Comunidad de Madrid (2010)
De la exposición Viviendo entre líneas, para Bibliotecas de la Comunidad de Madrid (2010)

Fui creciendo y con el fruto de mis primeros sueldos quería comprarme algo importante para mí, en ese entonces tenía una duda, o una cámara buena o un saxofón, pues también siempre me ha gustado mucho la música, de hecho de joven tuve una guitarra y un bajo, una flauta y una armónica. Tomé la decisión que marcó mi vida. Me compré una muy buena cámara fotográfica. Luego vinieron cursos en el Centro de Estudios del Vídeo, cuando estaba en la calle Regueros, recuerdo esa época como mágica. Nos pasábamos todo el día hablando de fotografía, viajando y haciendo fotos. Yo iba mucho a exposiciones…veía fotos por todas partes. Tenía el pensamiento fotográfico y la agilidad de captar instantes. No era vago, lo hacía, sin más. Luego revelaba y ampliaba en casa de mis padres. El proceso alquímico completo. Seguir leyendo El impulso creativo

Breve Bio

Cogí mi primera cámara a los 7 años, cuando mi padre nos regalo a mis hermanos y a mí nuestra primera cámara, una Kodak Instamatic. Todavía la tengo como nueva… recuerdo que nos marchábamos de excursión el fin de semana, el lunes llevábamos los carretes a revelar y a los cinco días, en aquella época tardaban 5 días en darte las fotos ampliadas, y nos juntábamos todos deseando ver quién era el mejor fotógrafo de la semana. Allí aprendí a ver y a criticar mi obra.

Años más tarde, con mi primer sueldo, compré mi primera cámara semi profesional, que es lo que daría píe a pensar que podría vivir de esto de la fotografía. Viaje por el mundo y al volver a Madrid, decidí que definitivamente era lo mío.

Estudie en el Centro de Estudios del Vídeo, en el International Center of Photography en Nueva York. Regresé a Madrid en 1994. Desde entonces he trabajado con varios medios y agencias de comunicación, pero con el cliente que más aprendí fue con Santillana Educación, con ellos tuve la oportunidad de viajar por toda España, tenía que hacer la mayor cantidad de fotos de la vida cotidiana de los lugares que visitaba en el menor tiempo posible, eso me dio una rapidez de pensamiento y me descubrió la capacidad que tenía de percibir la vida como un arte.

Desde entonces planteo mis proyectos artísticos como un cronista. Me gusta plasmar lo que pasa hoy para que sea la historia de mañana. Me gusta pensar que vivir es un arte, me fijo en el arte de las pequeñas cosas en cada detalle. Me gusta sentir la empatía con lo que retrato, ponerme en su lugar, sentir la esencia de las personas, de la vida y de las cosas.

Me considero un fotógrafo comprometido y desarrollo, altruistamente, diferentes proyectos con los que intento hacer un mundo más amable. Desde subastas benéficas hasta conferencias, audiovisuales donde muestro unas sencillas Razones para vivir.

Auto edité mi primera publicación artística llamada El Mar Visto Por Uno de Madrid en 1995, a la par que gané el Concurso Nacional Imágenes Jóvenes del INJUVE.

Desde que saqué mi primer libro con Ediciones La Liberia en 2007, Historias, curiosidades y algunas leyendas del antiguo y moderno Madrid, en 2009 la 2ª edición; Cocinando la historia, 2011; Misterios y enigmas de Madrid, 2012; Curiosidades de los cementerios de Madrid, 2013, he realizado más de 10 exposiciones individuales y unas cuantas más colectivas, he sido comisario de exposiciones y concursos de fotografía, subastas benéficas…sigo trabajando en proyectos editoriales y benéficos.

Puedes ver otra faceta mía en mi web Susurros de Luz

De la meditación un arte y del arte una forma de crecimiento