Comparto la entrada del Editorial que escribo para la Revista Susurros de luz.
La vida sigue su curso
A pesar de todo desafío, seguimos adelante. Tenemos por delante cuatro maravillosos meses antes de que llegue el 2026. Que ganas tengo de que acabe el año de la mala rima.
En estos momentos la ley de la extrema gravedad, con permiso de Newton, es aquella que suaviza la mierda olorosa con tal de que no gane el otro, normalizar que cosas muy graves sean lo tradicional en un país de picaros lazarillos. Siempre me he preguntado porqué nos hacen estudiar unas cosas en lugar de otras, leer unos libros en lugar de otros… la picaresca. Se ha de conocer la diferencia entre sisar, hurtar, robar y robar con violencia. Si se hace bien, al estafar, malversar o robar ingentes cantidades de dinero, tras pasar unos años en la cárcel, se podrá salir sin tener que devolver aquello que se ha agenciado de manera ilícita. Y si se tienen buenos contactos, lo mismo hasta ni entras en el trullo.
Cada día se justifica más el que la corrupción es normal, total un tres per cent; unos sobres, un chalet, eso es poco, eso es poco… y lo que no sabemos; y lo que no sabremos. Total, si todos roban, se votará al que robe pero haga más por el pueblo, he llegado a escuchar para justificar la pestilencia política.
Este mes de septiembre viene cargado de mentiras y corrupción. Lo estoy viendo venir. Las vacaciones de verano sirven, además de para descansar, para que los corruptos y corruptores cojan más fuerza, planteen nuevas estrategias para poder seguir haciendo de las suyas mientras deleitan al pueblo con pan y circo, fútbol, conciertos y macrofestivales. Fiestas sostenibles. Que si hemos de temer la emergencia climática, que no afecte a las grandes giras mundiales de estrellas del balompié o de la música.
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Editorial Septiembre de 2025