Archivo de la categoría: Susurros de luz

Editorial de Diciembre de Susurros de luz

Comparto el Editorial de diciembre que he escrito para la Revista Susurros de luz.

Aferrados a nuestras creencias

Somos ecuaciones, números, algoritmos fácilmente manipulables.

«La verdad es lo que yo veo, leo y puedo comprobar en base a mis criterios (creencias)». Hay estudios de todo tipo, de cientos de universidades de todo el mundo, que muestran las crueles formas que tiene el ser humano para coaccionar, condicionar y manipular a animales y a personas.

A pesar de tener a nuestra disposición tanta y tan variada información, llega un momento en el que la gran mayoría solo cree lo que le viene bien, ya sea para reforzar sus creencias, ya sea porque ver la realidad desde otro punto de vista puede hacer mucho daño. ¿Puede haber gente tan mala? ¿Será que nuestros políticos se dejen corromper por las corporaciones? ¿Será posible que el ser humano llegue a ser tan cruel con el prójimo?…

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Editorial Diciembre 2024

Vídeo Ruta por la paz

Comparto vídeo de recuerdo de Nuestra Ruta por la Paz: armonía y tolerancia en el jardín de las tres culturas, comenzó en la Escultura por la Paz del Parque Juan Carlos I, recorrimos el parque hasta El jardín de las tres culturas. Finalizando con una meditación alrededor de la escultura «el árbol de la vida»

 

Poesía entre tod@s, es un proyecto colaborativo dirigido por Jose María Escudero Ramos, de Susurros de luz, para la Ruta por la Paz: armonía y tolerancia en el jardín de las tres culturas organizada por la Asociación Española de Educación Ambiental con motivo de la Tercera Marcha Mundial por la Paz y La No Violencia. En Madrid a 23 de noviembre de 2024

Una poesía entre todxs

Poesía entre tod@s, es un proyecto colaborativo dirigido por Jose María Escudero Ramos, de Susurros de luz, para la Ruta por la Paz: armonía y tolerancia en el jardín de las tres culturas organizada por la Asociación Española de Educación Ambiental con motivo de la Tercera Marcha Mundial por la Paz y La No Violencia. En Madrid a 23 de noviembre de 2024

Puedes leer la poesía entre todos entrando al siguiente vínculo de la Revista Susurros de luz

Otra poesía entre todxs

Relato para Susurros de luz

Desde Susurros de luz, la revista y asociación que dirijo, ofrecimos entradas para la feria anual de BioCultura 2024. Pedimos que nos respondieran ¿Por qué quieres ir a Biocultura?

Con las respuestas recibidas escribí un relato, y en el siguiente vínculo puedes leer el resultado.

¿Por qué quieres ir a BioCultura?

 

REO DE MUERTE

REO DE MUERTE por Jose María Escudero Ramos

Desde que somos pequeños aprendemos a ser crueles. En el instituto diseccionando ranas o cortando las alas a las moscas para verlas por microscopios. Cazamos la mosca, la miramos, arrancamos un ala, luego la otra, mientras reímos diciendo «mira como da vueltas, ahora ya no puede volar» ¿Quién no ha sentido un revulsivo placer pisando una cucaracha? Cuando se pasea por cualquier vereda y uno ve un hormiguero ¿Quién no ha sentido la tentación de romper la fila de esas pequeñas trabajadoras hormigas arrastrando el pie por toda la hilera o tapar el hormiguero con un palito? Cuando nuestra pisada coincide con cualquier insecto ¿nos planteamos variar la pisada para no hacer mal o pisamos más fuerte para acabar con lo que hay abajo como si no valiese nada esa vida? No justifico el mal que he podido hacer pero sí puedo confirmar que yo, ahora, no soy el mismo que aquel tipo que una noche esperó sentado en el coche, en un mal sitio, en el momento equivocado. Soy la triste conclusión de una serie de malas decisiones.

He tenido 20 años para prepararme y lo único que me pesa ahora mismo es saber que por mucho que me ejecuten, la familia de la persona que murió no sufrirá ningún cambio; su dolor seguirá, su odio permanecerá. Yo no quería que muriese nadie. No quería que acabará así el robo. Yo conducía, ni siquiera llevaba pistola. Estaba esperando a que salieran todos al terminar el robo. Estaba todo calculado. La policía tenía que haber tardado más en venir pero ese agente llegó antes porque estaba cenando con su familia en Nochebuena muy cerca de la nave donde estábamos cometiendo el delito. Ni él ni yo deberíamos haber estado ahí esa noche y ese ha sido mi pesar durante los últimos años.

El director del centro me ha guiado durante todo el día como un gran anfitrión, indicándome en todo momento lo que tenía que hacer a diferentes horas, siguiendo el orden de la agenda de mi último día.

Lo de que uno puede elegir su comida preferida cuando va a ser lo último que va a comer, es un mito. Después de desayunar lo mismo que el resto de reclusos del Corredor de la Muerte, me dejaron hacer unas cuantas llamadas para despedirme de mis amigos y familiares. Por la mañana mi hijo vino a verme. Siente pena a pesar de que yo no he sido un padre ejemplar. Le abandoné cuando era niño, lo mismo que hizo mi padre conmigo después de pasarse unos años abusando de mí. Uno no sabe cómo se va a sentir hasta que no llega el momento de la despedida. Por mucho que uno ensaye el discurso final, no salen las palabras. ¿Qué voy a decir?, ¿qué sé que merezco esto?, ¿qué no es justa la pena de muerte?

Vacié mi armario, luego darán mis pertenencias a mi hijo. Me han permitido escribir una carta. Las últimas palabras son como una mala poesía en labios de un analfabeto. Mucho esfuerzo para decir lo más posible en poco tiempo y todo sale desordenadamente. Lo único que he podido decir con claridad es «Lo siento, no cometas mis errores, toma buenas decisiones. Te amo». Al final creo que soy más afortunado que cualquier familia que sufre la perdida repentina de un ser querido, ya sea por un accidente o por un asesinato. Yo he tenido tiempo para preparar este momento. Y de arrepentirme, pero nunca será suficiente… hasta hoy.

He preguntado al director cómo se siente después de acompañar a tantos condenados al cuarto de la muerte. Siempre se ha mostrado frío y duro pero hoy me ha respondido con una calidez poco habitual. Su respuesta fue que hay casos y casos, todo depende de las personas. Tiene que resultar difícil para él, sobre todo porque no saben cómo vamos a reaccionar a las inyecciones letales. La pregunta que se hacen siempre es si sufrimos o no. Las familias de los que han muerto por nuestra culpa desean que suframos tanto como han sufrido ellos. Normal. Les entiendo perfectamente.

Yo he tenido 20 años para resignarme a morir. Pronto me convertiré en estadística, en un punto especial en la visita al Museo de la prisión. Este negocio da mucho trabajo a la gente de este pueblo que acoge varias prisiones y un corredor de la muerte. Lo más visitado son la silla eléctrica, la cámara de gas, la sala donde se ejecuta por inyección letal y el cementerio.

Llega el momento de la ejecución. Me dirijo hacia el patíbulo. Por mi cabeza pasan muy rápidos miles de pensamientos. Reflexiono, hoy he pasado un día con un humor un tanto especial. Es por los nervios, me imagino. En estos años he leído mucho y he podido averiguar que en estados de estrés surge ese tipo de humor nervioso que ayuda a sostener momentos. La hora en la que he estado con mi hijo no he querido que lo pasara peor de lo que lo está pasando, he hecho un gran esfuerzo para no derrumbarme. El humor ayuda a superar la dureza de la última despedida.

Cada paso que doy me enfrento a mis miedos. Me asusta la muerte pero estos años he hecho la paz con lo malo que me ha traído aquí; la pena que tengo es que no me pueda llevar conmigo el dolor de los que aquí quedan.

La muerte es muerte. ¿Quién puede decir una buena forma de morir? Cuanto más tiempo vivas, más fácil será aceptar la muerte. He tenido tanto tiempo para reconocer el mal que he cometido, pedir perdón y perdonarme, y también para reinsertarme, lo que ocurre es que esto último no se me ha permitido demostrarlo.

En el centro penitenciario he abrazado el mundo espiritual. En la biblia se habla del perdón y del ojo por ojo. Y yo he de pagar ahora por el daño que he provocado. Espero que con mi muerte cese el sufrimiento de todos para que todos podamos tener esa conciencia limpia y cristalina, libre de culpa, libre de juicio.

Dan las once y media de la noche. Me acercan a una camilla con una extensión para los brazos que forma una cruz. Curioso final. ¿Seré como el ladrón bueno o como el malo? ¿Qué me espera más allá? Mis últimos 18 años han sido de una convicción absoluta en un Dios justo que perdona. Ahora espero que me acoja a su lado.

Afuera de la prisión hay dos grupos manifestándose, por un lado los que están en contra de la pena de muerte y por otro los que están deseando que llegue el momento de la ejecución. Llevan años odiando. Por mucho que se argumente a favor de la pena capital siempre queda una última pregunta, si no violan a los violadores, ni roban a los ladrones, ¿por qué matan a los asesinos?

Me pregunto, si se inventase la máquina del tiempo, ¿permitirían que tipos como yo pudieran volver al pasado para cambiar el sentido de tantas vidas? Si fuese así se cambiaría el presente y podría ser un caos. Todos tenemos que pasar por las vivencias que nos han hecho ser lo que somos. La muerte no sólo es que se apaga la vida de una persona, sino el surgir de unas emociones que forman personalidades en base a las vivencias que esos hechos han hecho sentir. En cierto sentido soy una herramienta del destino, una herramienta utilizada para hacer el mal. Alguien lo tenía que hacer y allí estaba yo, junto a la banda, resolviendo la vida y la muerte por una serie de malas decisiones tomadas en un periodo nefasto de mi vida. Actos que llevaron a la muerte a una persona en ese momento, y a la mía, 20 años y dos millones y medio de dólares después. Eso es lo que cuesta mantener a un reo en el corredor de la muerte: abogados, fiscales, costas de los juicios, todo el engranaje judicial y mantenimiento del recluso, además de las inyecciones que conducen al fin.

Me tumbo en la camilla. Me ponen una serie de enganches, no tengo escapatoria por lo que imagino serán para que no me retuerza de dolor en caso de que algo salga mal durante la serie de inyecciones. No es que se preocupen por el reo, es que no quieren que los testigos de esta atrocidad sufran nauseas ni cargos de conciencia. Por lo que he podido aprender, la inyección letal es una muerte rápida si es que todo sale bien. Consiste en tres fases, la primera es la sedación para quedar inconsciente. Inyectan Midazolan y luego una solución salina para limpiar la vía. Tras comprobar si estoy consciente vendrá la segunda fase consistente en un inmovilizador, Bromuro de Vecuronio. Luego otra solución salina y a por la tercera fase en la que se me inyectará Cloruro de Potasio, lo que hará que se me paralice el corazón y muera.

Me atan. Rezo. Estoy solo, separado por un cristal espejo por el que me miran los testigos y familiares tanto de la víctima como los que hayan querido venir de la mía. Yo les he pedido que no vengan. Si ya es duro ver «dormir para siempre» a tu mascota, que no vean mi proceso, no quiero que ninguno de los míos pase por esto. Nadie debería pasar por esto.

Siento la aguja de la vía entrar por mi vena. Me ponen una segunda por si falla la primera. Veo de reojo el gotero y las inyecciones.

Rezo con la mente aunque mis labios también se mueven.

Siento como entra la primera fase. En teoría no puedo sentir, pero siento… agonizar. Se me encharcan muy lentamente los pulmones, me asfixio pero no puedo gritar. Siento la segunda dosis. Me deja completamente inmovilizado pero siento igual, solo que no lo puedo decir, no me puedo expresar. La tercera fase… me quema el sistema circulatorio… una lágrima sale por uno de mis ojos…

Esto es, después de todo, la muerte. Un final no esperado. Purgo mi culpa, ¿estaré realmente reinsertado?

Después de 35 minutos el corazón deja de funcionar. El electrocardiógrafo deja de marcar el ritmo cardíaco y el verdugo certifica la muerte.

Murió a las 00:38 horas

 

Compartido en Revista Susurros de luz

Editorial para Revista Susurros de luz

Comparto el Editorial del mes de Noviembre escrito para la Revista de la Asociación Susurros de luz.

Los cuatro elementos

Mi padre solía decirme que a lo que más temía de las fuerzas de la naturaleza, la que más arrasa, es el agua. Mi padre era de San Sebastián, y yo siempre creí que se refería a esas corrientes de agua que te empujan hacia el mar, aunque nades con todas tus fuerzas hacia la orilla. Cuando el mar tiene resaca es muy peligroso, porque te arrastra. Los remolinos que se forman en algunos puntos también te pueden ahogar sin que uno se de cuenta, ni puedas hacer nada. La fuerza del agua…

Las riadas, las lluvias torrenciales, la fuerza de la gota fría. Los ciclos, que toda la vida se han conocido como El Niño y La Niña, son muy destructivos, y cuando se gestionan mal las alertas o alarmas pueden resultar mortíferas.

La fuerza de la naturaleza y sus cuatro elementos pueden resultar muy destructivos. El elemento agua; el elemento fuego y los incendios; el elemento tierra, corrimientos de tierra, arenas movedizas, o cuando se junta la tierra y el agua y forman las capas de lodo y barro que nos ahogan solo de ver las imágenes; el elemento aire y sus tornados, huracanes, ciclones…

Cuando no se gestionan los recursos de prevención, nos ponemos en riesgo, ya se trate de un incendio o de unas lluvias.

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Editorial Noviembre de 2024

Correr descalzo por la Paz

En el marco de la Tercera Marcha Mundial Por La Paz y La No Violencia que comenzó en Costa Rica el 2 de octubre y terminará el 5 de enero, quiero correr descalzo por la paz para pedir en silencio y de manera pacífica que no haya más guerras, mostrar que el negocio no es la guerra, es la paz. Convirtamos las armas en utensilios de comida para que se acabe la injusticia en el mundo de una manera justa y sensible.

Corro por la paz para dar voz a la Tercera Marcha Mundial, deseando que sea la última. Con la esperanza de que no hagan falta más. A la tercera va la vencida.

No más guerras, no más industria armamentística, no más necesidad de demostrar quién la tiene más… no es cuestión de tener, sino de respetar lo que otros tienen y ofrecer recursos para que cada país explote los que les corresponden en lugar de explotar países para que unos se queden con los recursos de otros.

En fin, un mundo equitativo, justo, pacífico, en donde reine la prosperidad y la abundancia por igual, con las mismas posibilidades para todos.

Corro descalzo por la paz porque tengo un sueño… el sueño de Ghandi, de Martin Luther King, el de John Lennon, el de Mandela, el tuyo, el mío y el de tantos otros.

No se trata de dar una oportunidad a la paz sino de dejar de dar oportunidades a las guerras.

Corro descalzo para que otros no tengan que perder el calzado huyendo de las bombas hacía el refugio.

Corro descalzo por amor a la humanidad.

Corro descalzo por amor propio. No puedo hacer mucho pero quiero hacer algo y de las cosas que sé hacer es correr, correr descalzo por difundir la cultura de la paz.

¿Me quieres acompañar en algún tramo?

Este es el itinerario. El tiempo de paso es relativo pues no se corta el tráfico porque yo corra descalzo, así que tengo que respetar semáforos y peatones. 

Hay una ligera variación del recorrido inicial, en el que hablé en el post de este proyecto. Prefiero correr por lo que es dentro de la M30 y he suprimido el tramo que había entre el Monumento por la paz del Parque Juan Carlos I, haremos otro evento allí en noviembre. Creo que así es más cómodo y factible de terminar en buen tiempo, por cierto, recordad que los tiempos de paso son orientativos.

Seguidme en Instagram o Tik Tok si queréis uniros, allí subiré vídeos con regularidad para contar mis emociones y hacer la difusión de la Tercera Marcha Por La Paz.

Saldré a las 9:30 del Monolito por la paz, en la plaza de Prosperidad, metro Prosperidad.

De ahí iré al barrio de Salamanca al Mercado de la paz, Calle Ayala 28 B (Esquina con Claudio Coello). Metro Serrano.

De ahí al hospital de la Paz, Metro Begoña.

De La Paz a la estatua de Ghandi, Metro Santiago Bernabéu

Luego a la calle de la Paz, metro sol

Y terminaré en la Iglesia de San Andrés en cuyo jardín hay una campana de la paz que Italia regaló a Madrid tras los atentados del 11 M.

Etapa

Desde

Kms x

tramo

Kms totales

Tiempo de paso

1

Nostrolito de Prosperidad

0

 

9:30

2

Mercado de la paz

2,4 km

2,4 km

9:50

3

Hospital la Paz

6,3 km

8´7 km

10:20

4

Estatua Ghandi

3,2 km

11´9 km

10:45

5

Calle de la Paz

4,9 km

16´8 km

11:20

6

Campana de la paz

0,9 km

17´7 km

11:30

Total

17,7 km

 

Saldré a las 9:30 del Monolito por la paz, en la plaza de Prosperidad, metro Prosperidad.

De ahí iré al barrio de Salamanca al Mercado de la paz, Calle Ayala 28 B (Esquina con Claudio Coello). Metro Serrano.

De ahí al hospital de la Paz, Metro Begoña.

De La Paz a la estatua de Ghandi, Metro Santiago Bernabéu

Luego a la calle de la Paz, metro sol

Y terminaré en la Iglesia de San Andrés en cuyo jardín hay una campana de la paz que Italia regaló a Madrid tras los atentados del 11 M.

Nostrolito de Prosperidad

Diciembre de 1986

En diciembre de 1986 los vecinos erigieron en la plaza de Prosperidad (distrito de Chamartín, Madrid) un monumento elegido en un concurso escolar para celebrar el Año Internacional de la Paz, promovido por la ONU. A los pies del mismo figuraba una lápida con la leyenda “Aquí yace la Guerra”. Este diseño fue escogido porque la argumentación del niño convenció al jurado: “lo mejor para la paz es enterrar la guerra”.

Enero de 2013

El 23 de enero de 2013 fue demolido y unos días después fue suplantado por una estatua del Oso y el madroño que trasladaron desde otro emplazamiento. A la inauguración asistió la entonces alcaldesa de Madrid, Ana Botella, con motivo del 150 aniversario del barrio, lo que despertó indignación del vecindario.

A partir del momento de la demolición del monumento, personas del barrio y del distrito mostraron sorpresa y enojo por su destrucción, que ni se comunicó a los promotores, la Asociación de Vecinos Valle-Inclán de Prosperidad. Luego nos dimos cuenta de que nadie parecía conocer un monumento similar. La argumentación del niño tenía una gran carga de esperanza y expresaba muy bien un anhelo de la humanidad. Si los adultos son inteligentes, ¿por qué no han acabado con la guerra?

Desde su desaparición de la plaza surgió en el tejido asociativo del barrio una reivindicación para recuperar el monumento por la paz y el desarme y fue entonces cuando se renombró como el “Nostrolito” (nuestro monolito).

Marzo de 2018

El 10 de marzo de 2018 el monumento fue repuesto (no el original, destruido y arrojado a vertedero) gracias a la presión vecinal, que exigía la devolución del mismo. Este nuevo monumento mantiene la lápida con la inscripción “Aquí yace la Guerra” tallada a mano, como en el original, para dejar constancia de que fue hecho por el vecindario.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/planeta-desarmado/nostrolito-tumba-guerra-un-monumento-paz-hecho-ninos-prosperidad-madrid

Monumento a Gandhi

Enmarcado con el maravilloso mural de Joan Miró del Palacio de Congresos, y en la plaza que lleva su nombre, junto a la Avda. del General Perón, podemos encontrar el Monumento a Gandhi, que fue inaugurado por su Majestad la Reina Doña Sofía, coincidiendo con el día Internacional para la No-Violencia y el centésimo cuadragésimo tercer aniversario de su nacimiento, el 2 de octubre de 2013.

La escultura, realizada en bronce, y a tamaño real, pesa 360 kilogramos y representa a Mahatma Gandhi emprendiendo su «Marcha de la sal» el 12 de marzo de 1930. El pedestal ha sido instalado por la Fundación Consejo España-India y comienza con esta frase: «Mahatma Gandhi (1869-1948): Mi vida es mi mensaje». Es obra del artista indio Ram Vanji Sutar, y supuso un regalo del gobierno indio a la ciudad de Madrid.

Fuente: https://fotoculturamadrid.home.blog/2019/02/19/monumento-a-gandhi-en-madrid/

Hasta Campana de la paz en la Plaza de San Andrés

La campana está situada en el pequeño jardín que da acceso a la Parroquia de San Andrés, situada en la plaza del mismo nombre.