25 de julio de 2020
El pasado viernes día 17 a las 17 horas en la Sala Saludarte realicé un taller como CuentAutor en el marco del Foro Espiritual de Estella https://www.foroespiritual.org/programa-2020-1/ que organiza cada dos años la Asociación Aroa, el tema de este año era Espiritualidades y Pandemia.
A mi taller asistió poco público porque al mismo tiempo tuvieron lugar tres conferencias más, a cada cual más interesante, lo bueno fue que el Universo me regaló la oportunidad de hacer un monólogo de humor sobre Somos Gotas de Agua en el Concierto de Mantras del sábado por la noche, entre actuación y actuación, se grabó, prometo compartirlo en cuanto tenga la grabación.
En el cuentacuentos estuvimos los que teníamos que ser y fue muy hermoso. Tuve la oportunidad de conocer el feedback de un público entregado, firmé libros y pasamos una tarde estupenda.
Uno de los cuentos de mi último libro “Somos Gotas de Agua” lo leímos entre el poeta local Agustín Satrústegui, conocido como Kapirutxo, y yo, hermosa melodía suena cuando se juntas las voces de dos trovadores en un espacio mágico como es Saludarte.
Para terminar el taller contamos un cuento entre todos. La idea era que cada uno sacará una palabra de un “oráculo creador” que confeccioné para la ocasión. En dicho oráculo escribí 54 palabras en diferentes cartas con las emociones que sentí durante la pandemia. Cada asistente debería crear una parte del cuento basada en la carta que le había tocado. Grabé todas las intervenciones para transcribir el texto adaptando y completando la historia surgida de la improvisación de los asistentes. Un trabajo hecho desde el corazón para crear un cuento entre todos, siempre fiel a las palabras de cada uno de los participantes. Una vez que repartí las cartas, comenzamos a narrar… y el resultado es el siguiente (pongo entre comillas las palabras que nos tocaron a cada participante):
Una graciosa elefanta
Un elefante muy elegante, a la par que gracioso,
se ha perdido entre las líneas de un cuento en un libro imaginario.
Entre las páginas busca el mapa de algo parecido a África.
A casa quiere volver, no sabe cómo hacer
Al final llega a un sitio en el que le dicen:
“Por aquí puedes venir, por aquí podrás encontrar tu origen”
Fue y le hicieron trabajar… le hicieron absorber el agua que otros necesitan… “Le manipularon”.
El elegante elefante era una elefanta y estaba buscando a su cría, acababa de “nacer” y la había perdido… La cría era rebelde por naturaleza por ello se escapó de casa buscando “evolucionar”, cambiar de vida…
La elefanta mamá se encontraba “impotente” pues tras pasar tiempo en busca de su cría, su país y su evolución no hallaba solución… Se escapó de sus raptores, siguió camino línea tras línea…
Le costaba mucho llegar, le costaba mucho llegar a todas partes. Se pasaba todo el día caminando por todos lados la graciosa a la par que elegante elefanta, pasaba de página en página del cuento con su mapa conseguido, buscando su país, su origen y a su cría que se había pedido por querer evolucionar …
De pronto, se paró “¿dónde estoy?¿qué hago?” Se preguntó en voz alta levantando la trompa hacía el cielo azul… Continuó haciéndose más preguntas: “Me siento desprotegido, he de protegerme” ¿Para encontrarme he de perderme como mi cría? ?Para proteger mejor he de sentirme desprotegido primero? ¿He de ser mejor protección para mi cría? ¿En la desprotección está la evolución? ¿La protección es inherente a cada especie?¿Y la evolución? El ser elefante es vivir rodeado de agua , el agua es vida, la vida es naturaleza, la naturaleza está en un planeta agua…” Y razonando, razonando, nuestra elefanta pasó unas cuantas páginas del cuento. Mientras afirmaba se reafirmaba en su propia esencia de elefanta, así se sentía protegida y segura en su esencia paquiderma.
La esencia y lo más sencillo, como son todas las cosas importantes, era el “amar”. Amare, amar a su cría, a la naturaleza, a la vida, a la humanidad…
Mamá Elefanta y cría se reencontraron en las últimas páginas del cuento de un libro imaginado por todos. Se contaron miles de historias de las aventuras vividas, imaginadas por unas mentes pensantes que aman tanto que crean hermosas historias para contar a sus crías…
Y colorín colorado, con la palabra “amar” hemos terminado.