Máster en conducta
Salía de dejar a un amigo en la estación de Atocha en Madrid. Me encontraba esperando a que el semáforo cambiara de rojo a verde; veo una señal grande con una flecha blanca sobre fondo azul me indicaba la obligatoriedad de seguir recto. Arranco deprisa. Frente a mí, un agente de movilidad haciendo señas para que siga recto y yo, todo chulo, giro a la derecha pasando por delante y, por ende, bloqueando el paso a cuatro filas de coches que también esperaban para salir. El agente me ve, me para y me dice que me va a sancionar. Yo le digo, intentando hacer el típico chantaje emocional, “No me haga eso, por favor”. El agente, lógicamente muy enfadado, me responde que no, que me lo he hecho yo… “Solo ha faltado que me hagas un corte de mangas. Me has faltado al respeto, ¿no te das cuenta?”. Y me sanciona.
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