Nueva colaboración para Pressenza
En mi época de estudiante, mi padre, de camino a su oficina, me acercaba en muchas ocasiones a la universidad. Recuerdo que muchas mañanas escuchábamos la radio, o bien tertulias o música; le encantaba todo tipo de música, desde las canciones más populares hasta la ópera más selecta y a mí me encantaba escuchar música con mi padre. En cierta ocasión me confesó que para él el mejor disco del mundo era El muro de Pink Floyd que, por cierto, a mí también me fascina.
Una mañana le pregunté cómo era posible que con lo que le gustaba la música no dedicará más tiempo a deleitarse con todos los discos que tenía en su amplía colección o discoteca.
Sigue leyendo Aquí