Compartido en susurros de luz
Especuladores
El tenue reflejo de la luz de la luna llena sobre las esculturas que rodeaban el camino, junto al ulular del viento que empujaba los cipreses de un lado a otro generando tenebrosas sombras, convirtió el encuentro en un siniestro paseo. Podían haber ido a otra hora pero no querían testigos.
-Sin duda que el terreno es una joya, además no creo que se quejen los inquilinos.
-No me asustan tanto los muertos como los vivos. Esos sí que me hacen temblar.
– Los muertos no tienen problema, a los vivos les envolveremos en oro y cederán.
-No creo que este sea un buen emplazamiento para edificar viviendas. Dicen que las almas moran el lugar durante siglos asustando a todo aquel que ose profanar el espacio sagrado.
-No creerás esas tonterías. Yo no creo en nada que no pueda tocar, creo en el dinero contante y sonante.
Se oye una voz grave: Y yo también… Creo en lo que se puede tocar_ JUAJUAJUA hahaha_ y en lo que no_ JUAJUAJUA hahaha.
El sonido de la extraña voz retumbó haciendo eco entre los nichos. Los especuladores de terrenos no urbanizables palidecieron, se miraron y salieron a pasos acelerados del cementerio.